Psicóloga Para adultos en Sevilla

Si estás pasando por una etapa difícil, tienes dudas personales o sientes que necesitas un acompañamiento terapéutico, puedes escribirme para reservar una primera consulta presencial u online.

A lo largo de la vida pueden surgir momentos donde lo que antes funcionaba deja de hacerlo. Malestar persistente, decisiones difíciles o simplemente el deseo de conocerte mejor pueden ser el inicio de un proceso que te ayude a vivir de manera más coherente contigo.

TERAPIA PARA ADULTOS

ESPACIOS PARA COMPRENDER Y TRANSFORMAR

El pasado nos moldea, pero no nos define.

¿EN QUÉ PUEDO AYUDARTE?

Cuéntame qué te preocupa, en qué sientes limitaciones o el ámbito en el que quieres que trabajemos para mejorar tu bienestar. Aprenderás estrategias y recursos para que puedas ver cambios y sentirte mejor.

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No sé por qué me siento así. Pero sé que no quiero seguir sintiéndome así.

A veces, todo parece estar en su sitio. No hay una gran crisis, no ha ocurrido nada especialmente grave, pero dentro de ti hay algo que no termina de encajar. Puede ser el cansancio de sentirte siempre al límite, la ansiedad que aparece sin un motivo claro, la sensación de estar repitiendo los mismos errores o de no saber cómo manejar ciertas situaciones.

Otras veces, lo notas en la forma en que te relacionas con los demás: te cuesta decir que no, te adaptas más de lo que te gustaría, pones las necesidades de otros por encima de las tuyas o terminas en discusiones donde ni escuchan ni te escuchan.

Quizás simplemente sientes que no estás donde te gustaría estar. Que hay algo que falta, pero no sabes qué.

Si esto te suena familiar, no es que haya algo mal en ti. Es que todos, en algún momento, necesitamos parar, entender qué nos está pasando y aprender nuevas formas de vivirnos.

Cuando el malestar se vuelve parte del día a día

No siempre hay un gran motivo. A veces, el malestar se instala en lo cotidiano, en esas pequeñas cosas que terminan afectando nuestra forma de vivir.

  • La ansiedad constante, la sensación de alerta, el cuerpo en tensión, con pensamientos de anticipación, siempre pendiente de lo que hay que hacer.
  • La autoestima se resiente. No importa cuánto logres, siempre parece que podrías haber hecho más o mejor, que nunca es suficiente.
  • Las relaciones se complican. Te cuesta comunicarte, poner límites sin sentir culpa o expresar lo que realmente piensas sin miedo a la reacción del otro.
  • Los cambios te desestabilizan. Sabes que quieres algo diferente, pero el miedo a equivocarte o a no saber por dónde empezar te paraliza.
  • Las emociones pesan. A veces, sientes que te sobrepasan. Otras, que ni siquiera sabes cómo sentirlas.
  • Toma de decisiones y bloqueos vitales. Cuando el miedo al error o la duda constante te paralizan.
  • Habilidades de comunicación y relaciones interpersonales. Si sientes que no te entienden, te cuesta poner límites o temes decepcionar a los demás.
  • Gestión emocional. Si no sabes cómo manejar lo que sientes o si te sobrepasan las emociones.
  • Duelos y pérdidas. La pérdida de un ser querido, el fin de una relación o cualquier cambio que implique un cierre.
  • Adaptación a cambios vitales. Mudanzas, cambios de trabajo, nuevas responsabilidades que generan incertidumbre o miedo.
  • Sensación de vacío y falta de propósito. Si, a pesar de haber logrado lo que querías, sigues sintiendo que falta algo.

A veces, la acumulación de estas dificultades hace que te acostumbres a convivir con el malestar sin darte cuenta. Pero la vida no debería sentirse como una carga constante.

Y mientras tanto, sigues adelante. Porque así es la vida, ¿no? Hay que seguir, hacer lo que toca, funcionar. Hasta que llega un momento en el que te preguntas si ¿esto es todo?

La terapia como espacio para entender y cambiar

La terapia no es solo para cuando todo va mal. También es para cuando quieres que las cosas vayan mejor. Para cuando ya no quieres seguir igual e intuyes que podría haber otra manera. Más clara, más libre, más tuya.

El trabajo no consiste en recetas mágicas, soluciones instantáneas, de darte consejos ni de decirte qué hacer. Pero sí hay herramientas que pueden ayudarte a comprender lo que te ocurre y a construir nuevas formas de estar contigo y con el mundo.

En terapia trabajamos para:

  • Comprender por qué te sientes así. No desde la teoría, sino desde tu propia historia y tu manera de vivir las cosas.
  • Aprender a manejar la ansiedad, el estrés y la sobrecarga mental. Porque no tienes que estar en alerta todo el tiempo.
  • Fortalecer tu confianza. Dejar de depender de la validación externa y aprender a valorarte sin que tu cabeza te juegue en contra.
  • Mejorar tus relaciones y tu comunicación. Expresarte sin miedo, poner límites sin culpa, conectar sin sentir que te pierdes en los demás.
  • Tomar decisiones con seguridad. Entender qué quieres y cómo dar los pasos para llegar ahí.

Esto no significa que todo cambie de la noche a la mañana. Pero sí que puedes empezar a sentirte diferente. Y, sobre todo, que no tienes que hacerlo en solitario.

Terapia presencial y Online

La terapia no es una respuesta cerrada, sino un espacio para entender, explorar y construir nuevas formas de vivirte. Cada persona tiene su propio ritmo y necesidades. Por eso, puedes elegir entre sesiones presenciales u online, según lo que mejor encaje contigo en este momento. Si quieres saber cómo puede ayudarte en tu caso, podemos hablarlo. No hay un momento perfecto para empezar, solo el momento en el que decides hacerlo.

¿Tienes dudas?

CONSULTA EL APARTADO DE PREGUNTAS FRECUENTES

Para muchas personas, decidir empezar un proceso terapéutico no es fácil. A veces no hay una “crisis”, pero sí una sensación persistente de malestar, bloqueo o confusión. Si sientes que te vendría bien entenderte mejor, aliviar lo que te pesa o tomar decisiones con más claridad, puede que este sea el momento.
No hay una duración exacta, porque cada proceso es único. Algunas personas vienen por una etapa concreta que quieren atravesar con más claridad; otras, porque necesitan revisar aspectos más profundos o prolongados en el tiempo. Lo importante no es la prisa, sino que el acompañamiento tenga sentido para ti.

Generalmente, las sesiones son semanales, especialmente al inicio. A medida que avanza el proceso y según cómo te vayas sintiendo, podemos espaciar los encuentros. Lo hablamos juntas/os y lo vamos adaptando a tu ritmo y a lo que vayas necesitando.

Sí. Todo lo que se trabaja en sesión está protegido por el deber de confidencialidad. Solo en situaciones muy excepcionales que impliquen riesgo grave se contempla la posibilidad de romperla, y siempre se informa antes.

Es una duda muy común. No necesitas tenerlo todo claro antes de empezar. Lo importante es que haya curiosidad por entenderte, por hacer algo diferente. A veces, solo hablar en un espacio seguro ya marca una diferencia. Lo demás lo vamos construyendo juntas/os.

No. Como psicóloga, no prescribo medicación. Si en algún momento considero que puede ser útil valorar ese aspecto, lo comentaremos y podrías acudir a un/a psiquiatra. La decisión siempre será tuya.
El precio de la evaluación depende de las sesiones necesarias y del tipo de herramientas a utilizar. En la primera consulta se define el enfoque de la valoración, y a partir de ahí se estima el número de sesiones y el coste total.
Cada sesión tiene un precio de 60€, y el informe final se abona aparte como parte del proceso de valoración psicológica.
No. Parte de la valoración se realiza entre sesiones a través de pruebas estandarizadas que podrás completar desde casa. Esto permite aprovechar mejor el tiempo en consulta y adaptar el proceso a tu ritmo.
La valoración requiere una exploración completa. Evaluar solo un punto concreto puede llevar a interpretaciones incompletas o erróneas. Es necesario tener una visión global para poder comprender de forma rigurosa lo que está ocurriendo y ofrecer una devolución útil.

Cuando la persona está en proceso terapéutico, si necesita un informe para acreditar que está recibiendo atención psicológica (por ejemplo, para una derivación o para justificar que acude), este documento se facilita sin coste adicional.
Estos informes son descriptivos, reflejan el proceso terapéutico y no incluyen una valoración completa.