Psicóloga ESPECIALIZADA EN TRAUMA Y APEGO en Sevilla
Las heridas que dejaron huella no siempre se recuerdan con claridad, pero siguen influyendo en cómo te sientes y te vinculas. El trabajo terapéutico desde el trauma y el apego busca generar seguridad, comprensión y nuevas formas de relacionarte contigo y con tu historia.
TRAUMA Y APEGO
COMPRENDER LA HISTORIA PARA CAMBIAR EL PRESENTE
El pasado nos moldea, pero no nos define.
CUANDO EL PASADO SIGUE VIVO EN EL PRESENTE
Hay experiencias que no se superan solo con el paso del tiempo. Tal vez intentas avanzar, pero sientes que algo te arrastra hacia atrás. Como si una parte de ti viviera atrapada en pensamientos, emociones o reacciones que no puedes controlar del todo.
El trauma no siempre aparece en forma de recuerdos claros o grandes eventos. A veces se manifiesta como una sensación de alerta constante, la dificultad para relajarte, el miedo a equivocarte o una hipervigilancia que no sabes de dónde viene.
También puede aparecer en la forma en que te relacionas: miedo al abandono, dificultad para poner límites, necesidad de tenerlo todo bajo control o una desconexión emocional que no sabes explicar.
Cuando la mente y el cuerpo han aprendido a sobrevivir en estado de alarma, no basta con repetirse que “todo está bien”. Si sientes que sigues reaccionando desde heridas que supuestamente ya deberían estar cerradas, hay una razón para ello. Y, sobre todo, hay formas de trabajarlo.
TRAUMA Y APEGO: LA CONEXIÓN CON NUESTRA HISTORIA
El trauma no siempre nace de un único evento impactante. A veces se construye a partir de pequeñas heridas acumuladas durante años: momentos en los que sentiste que no veían, comprendían ni protegían. Eso también deja huella.
Algunas experiencias que marcan profundamente:
- Crecer en entornos donde las necesidades emocionales fueron ignoradas o minimizadas.
- Infancias con exigencia excesiva, frialdad o imprevisibilidad afectiva.
- Relaciones marcadas por inestabilidad, dependencia, manipulación o abandono.
- Abusos, negligencia o vivencias que desbordaron tus recursos emocionales.
- Pérdidas no elaboradas o duelos bloqueados que siguen presentes en lo cotidiano.
Lo que aprendemos sobre la seguridad, el amor y el valor propio en los primeros años sigue afectando la forma en que vivimos hoy.
Pero la historia no es un destino fijo. Comprender cómo nos ha impactado es el primer paso para dejar de repetirla.
El cuerpo también recuerda
El trauma no es solo una historia difícil de contar. Es una experiencia que se queda grabada en el cuerpo. Muchas personas sienten que sus reacciones físicas llegan antes que el pensamiento: sobresaltos, nudos en el estómago, tensión muscular crónica, dificultad para dormir, bloqueos emocionales o una desconexión que aparece sin entender por qué.
Por eso, trabajar el trauma no es solo hablar de lo que pasó. También es aprender a regular el sistema nervioso, restaurar la sensación de seguridad interna y recuperar la capacidad de elegir cómo responder, en lugar de quedar atrapado/a en automatismos.
Seguridad y regulación: la base del proceso
En el tratamiento del trauma, el objetivo no es revivir lo que ocurrió, sino reducir el peso que sigue teniendo hoy. No es necesario recordar cada detalle ni exponerse al dolor sin recursos. Primero, se construye un espacio de seguridad y se fortalecen tus recursos. Después, y solo si tiene sentido para ti, se explora lo que aún duele. A tu ritmo, sin forzarte.
Herramientas para trabajar el trauma
Cada proceso es único. Por eso, en terapia combinamos distintos enfoques, según lo que necesites:
EMDR
Una técnica avalada por la neurociencia que permite procesar recuerdos traumáticos de forma segura, sin revivir el dolor. Ayuda a disminuir la carga emocional y a integrar lo vivido desde un lugar más estable.
Terapia centrada en el apego y la regulación emocional
Exploramos cómo la forma en la que has aprendido a vincularte influye en tus relaciones actuales y trabajamos en desarrollar una manera de relacionarte más segura contigo y con los demás.
Trabajo corporal y memoria somática
El cuerpo guarda señales del trauma: tensiones, bloqueos, respuestas inexplicables. Aprender a escuchar y regular estas sensaciones es parte esencial de la recuperación.
Reestructuración cognitiva e integración
El trauma deja mensajes internos persistentes: “no soy suficiente”, “todo depende de mí”, “si bajo la guardia, algo malo pasará”. En terapia aprendemos a transformar esas creencias.
Mindfulness y técnicas de autorregulación
Cuando has aprendido a vivir en alerta, relajarse se siente peligroso. A través de estrategias sencillas —respiración, anclaje, conciencia corporal—, trabajamos en restaurar la calma y la presencia.
Un camino de vuelta a ti
Terapia presencial y Online
¿Tienes dudas?
CONSULTA EL APARTADO DE PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cómo saber si ha llegado el momento de empezar terapia?
¿Cuánto tiempo dura la terapia?
¿Con qué frecuencia son las sesiones?
Generalmente, las sesiones son semanales, especialmente al inicio. A medida que avanza el proceso y según cómo te vayas sintiendo, podemos espaciar los encuentros. Lo hablamos juntas/os y lo vamos adaptando a tu ritmo y a lo que vayas necesitando.
¿La información que comparto es confidencial?
¿Y si no sé si esto va a servirme?
Es una duda muy común. No necesitas tenerlo todo claro antes de empezar. Lo importante es que haya curiosidad por entenderte, por hacer algo diferente. A veces, solo hablar en un espacio seguro ya marca una diferencia. Lo demás lo vamos construyendo juntas/os.
¿En terapia tendré que tomar medicación?
¿Cuánto cuesta la valoración de autismo o TDAH en la adultez?
¿Se evalúa solo durante las sesiones?
¿Puedo elegir solo una parte de la evaluación para autismo o TDAH?
¿Y si ya estoy en terapia y necesito un informe?
Cuando la persona está en proceso terapéutico, si necesita un informe para acreditar que está recibiendo atención psicológica (por ejemplo, para una derivación o para justificar que acude), este documento se facilita sin coste adicional.
Estos informes son descriptivos, reflejan el proceso terapéutico y no incluyen una valoración completa.